Denuncian acoso en el K-Pop, Jin de BTS y Lisa de BlackPinck entre las víctimas

El acoso en la industria del K-Pop sigue en aumento. Varios idols han denunciado a fans obsesivos que invaden su privacidad y ponen en riesgo su seguridad. Foto: RRSS

El mundo del K-Pop enfrenta una creciente preocupación por los casos de acoso hacia sus artistas, conocidos como «idols». Recientemente, Jin de BTS y Lisa de BlackPinck han sido protagonistas de incidentes que han encendido las alarmas sobre la seguridad y privacidad de las estrellas de esta industria global.

Jin, cuyo nombre real es Kim Seok-jin, fue víctima de un caso de acoso sexual durante un evento con fans tras completar su servicio militar. Una mujer japonesa de 50 años lo besó sin su consentimiento, un acto que fue captado en video y generó indignación en redes sociales. La policía surcoreana identificó a la agresora, quien incluso escribió en su blog detalles perturbadores sobre el incidente.

Por su parte, Lisa, integrante de BlackPinck, compartió en una entrevista su experiencia con un acosador que la esperó en la puerta de su casa. Aunque agradeció el apoyo de sus fans, la cantante tailandesa expresó su incomodidad y temor por este tipo de comportamientos invasivos. «Si quieres verme, quedemos en un lugar público», declaró Lisa, subrayando la importancia de respetar los límites personales.

Estos casos no son aislados. Jungkook, también de BTS, ha denunciado en varias ocasiones el envío de comida a su domicilio y la presencia de fans en su gimnasio. El fenómeno de los «sasaengs», como se conoce a los seguidores obsesivos, ha sido un problema recurrente en la industria del K-Pop, poniendo en riesgo la seguridad de los artistas.

La comunidad de fans y las agencias de entretenimiento han comenzado a tomar medidas para abordar esta problemática. Desde reforzar la seguridad hasta implementar campañas de concienciación, el objetivo es proteger a los idols y garantizar un entorno seguro tanto para ellos como para sus seguidores.

El K-Pop, que ha conquistado audiencias globales, enfrenta el desafío de equilibrar la cercanía con sus fans y la protección de sus artistas. Los recientes incidentes son un recordatorio de que la fama no debe comprometer la dignidad ni la seguridad de quienes la alcanzan.