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¿ES DISNEY HOMÓFOBA? SU SILENCIO ANTE LA LEY “DON’T SAY GAY” Y UNA REVELADORA CARTA DE PIXAR REABREN EL DEBATE
La última polémica de The Walt Disney Company con respecto al colectivo LGTBIQ+, explicada.
“Disney, por favor, di ‘gay’”. Este era el mensaje que lanzaba Benjamin Siemon, actor y guionista de ‘Patoaventuras’, el pasado 6 de marzo. Siemon publicó un vídeo en su cuenta de Twitter en el que se unía a la lista de voces que criticaban la inacción de The Walt Disney Company ante un proyecto de ley que está a punto de ser aprobado en el estado de Florida, conocido como la ley “Don’t Say Gay” (“no digas gay”). Una ley que está causando estragos en la reputación del estudio de Mickey Mouse, al que se vuelve a acusar, esta vez desde dentro de la propia empresa, de no defender los derechos del colectivo LGTBIQ+.
Titulada oficialmente Parental Rights in Education (“derechos parentales en la educación”), esta nueva legislación planea prohibir a los profesores desde la guardería hasta el equivalente al tercer curso de Primaria, entre los 8 y los 9 años, hablar de la orientación sexual y la identidad sexual de los niños, y permitiría a los ciudadanos demandar a los colegios que no sigan la ley. Una medida que recuerda al pin parental propuesto por Vox en España y que ha sido criticada por el presidente Joe Biden, que la ha catalogado como una “legislación discriminatoria que ataca a estudiantes vulnerables”, y muchas personas de la industria de Hollywood porque podría suponer más invisibilización y un mayor estigma para los niños del colectivo LGTBIQ+.
¿Por qué se ha visto Disney en el centro del huracán en relación a esta ley? Para empezar, porque antes de la semana pasada la empresa no se había pronunciado en su contra aun siendo una de las empresas con más peso en Florida (unos 58 millones de personas viajan anualmente al Walt Disney World de Orlando, que crea unos 77.000 puestos de empleo). Además, se ha hecho público que Disney ha donado dinero en el pasado a todos los promovedores de la ley, entre ellos el que ha propuesto la medida en el Senado, el republicano Dennis Baxley. Representante de la ciudad de Florida Ocala, Baxley tiene un largo historial de apoyar leyes homófobas, entre ellas algunas que impiden a parejas homoparentales adoptar niños. Disney ha donado dinero para sus campañas.
El criticado comunicado de Bob Chapek, CEO de Disney
Ante el runrún que estaba extendiéndose por los medios y las redes sociales, el director ejecutivo Bob Chapek acabó posicionándose en una memo enviada el pasado lunes a todos los empleados de The Walt Disney Company. “Como hemos visto una y otra vez, los comunicados corporativos ayudan muy poco a cambiar resultados u opiniones”, decía Chapek en el comunicado interno. “No quiero que nadie confunda una ausencia de comunicado con una falta de apoyo. (…) Creo que la mejor forma que tiene nuestra compañía de crear un cambio duradero es a través del contenido inspirador que producimos, la cultura acogedora que creamos y las diversas organizaciones comunitarias a las que apoyamos”.
Lejos de calmar las aguas, el comunicado provocó un incendio de críticas contra la empresa por su templada crítica a una ley que no terminaba de denunciar. Entre ellas, la de Abigail Disney, la nieta del co-fundador Roy O. Disney, hermano de Walt, que escribió un incendiario hilo en Twitter. “Los tiempos de la neutralidad ya hace tiempo que acabaron. Ese tren ha abandonado la maldita estación”, dijo Disney, que suele criticar las prácticas corporativas de la empresa. “¿Para qué sirve Disney? ¿Está ahí para apoyar una ficción sobre América, o para defender la visión de un mundo en el que la fantasía, el amor, la bondad, la decencia y la lealtad son valores fundamentales?”.
Por su parte Dana Terrace, creadora de la serie de Disney Channel ‘Casa Búho’, protagonizada por una adolescente bisexual que mantiene una relación lésbica, fue menos elegante pero igual de elocuente. “Joder, estoy cansada de dejar a Disney en buen lugar”, dijo en un tuit en el que anunciaba que participaría en una acción para recaudar fondos para organizaciones LGTBIQ+ para compensar que Disney tenía la intención de seguir dando dinero a los promovedores de la ley.
El Sindicato de Animadores también criticó la postura (o falta de ella) de Disney con respecto a la ley “Don’t Say Gay”. “Una cosa es decir que ‘apoyas inequívocamente a los empleados LGTBIQ+, sus familias y sus comunidades’. Otra cosa es que te mantengas en silencio mientras esta legislación homófoba e injuriosa se aprueba. Citando a una de vuestras franquicias, ‘Un gran poder conlleva una gran responsabilidad’. Habéis suspendido ese examen en Florida”, decía la organización que representa a 839 trabajadores de la industria.
Lo cierto es que, a pesar de lo que decía Chapek en su comunicado, la compañía sí se ha pronunciado en otras discusiones políticas, tomando medidas como anular los estrenos de películas en Rusia ante la situación actual de Ucrania. Cuando ocurrió el asalto al Capitolio en 2021, canceló todas las donaciones políticas a miembros del Congreso que se habían opuesto a los resultados de las elecciones. En 2016, el anterior CEO Bob Iger amenazó con llevarse su negocio fuera de Georgia cuando estaban debatiendo la aprobación de la Ley de Libertad Religiosa, que muchos argumentaban que podría tener consecuencias discriminatorias para la comunidad LGTB en dicho estado. Dicho estado, donde se han rodado la mayoría de las películas de Marvel, acabó no aprobando la ley. Pero eso era la Disney bajo el mandato de Iger, quien por cierto sí se ha pronunciado en contra de la ley “Don’t Say Gay” en Twitter, compartiendo una denuncia del presidente Biden y añadiendo que la medida “pondrá en peligro a personas vulnerables de la juventud LGTBQI+”.
En su criticado comunicado, Chapek defendía la política de donaciones de Disney. “Aunque no hemos dado dinero a ningún político basándonos en este tema, sí hemos contribuido a legisladores tanto republicanos como demócratas que después han tomado posiciones opuestas en esta ley”. También recordaba que la empresa donó casi 3 millones de dólares en 2021 a organizaciones LGTBIQ+ y anunciaba que donaría 5 millones a la organización Human Rights Campaign.
Donación que fue rechazada por la propia HRC. “La Human Rights Campaign no aceptará este dinero de Disney hasta que veamos que refuerzan su compromiso público y trabajo con los defensores LGTBIQ+ para asegurar que estas propuestas peligrosas no se convierten en leyes”, aseguraba la presidenta interina de la organización Joni Madison.
La reveladora carta de los trabajadores LGTBIQ+ de Pixar
Pero entonces llegó el mayor golpe a la reputación de The Walt Disney Company en este nuevo episodio, y venía desde dentro de la empresa. Una carta redactada por un grupo de trabajadores anónimos de Pixar pertenecientes al colectivo LGTBIQ+ y aliados desacreditaba el comunicado de Chapek y revelaba que la empresa ha censurado cualquier historia con tintes LGTBIQ+ a lo largo de los años.
“El e-mail del lunes sonaba vacío. Empezaba con la afirmación de que Disney tiene una larga historia de apoyo a la comunidad LGTBIQ+, pero los parques de Disney no han celebrado el Orgullo hasta 2019, y solo en París”, aseguraban los trabajadores de Pixar en la carta que se puede leer en Variety. “Disney tiene un historial de cancelar eventos creados por los fans para el Orgullo en los parques, incluso prohibían a las parejas del mismo sexo bailar juntas en los años 80. Además, Disney empezó a capitalizar el Orgullo en 2018 con The Rainbow Mickey Collection mientras le quitaba peso a términos como LGTBQI+ y sin llegar a mostrar explícitamente imágenes del colectivo como pines con la bandera del Orgullo hasta 2021. Es terrible formar parte de una compañía que gana dinero con merchandising del Orgullo y después decide dar un paso atrás en los momentos que más la necesitamos, cuando nuestros derechos están corren peligro”.
Además de pedir a los altos cargos de Disney que cancelen todo apoyo financiero a los legisladores tras la ley “Don’t Say Gay” y denuncien públicamente la legislación, criticaban la parte del comunicado del CEO en el que aseguraba que “la mejor forma que tiene nuestra compañía de crear un cambio duradero es a través del contenido inspirador que producimos”. “En Pixar hemos visto con nuestros propios ojos cómo historias preciosas llenas de personajes diversos recibían notas corporativas de Disney que las convertían en migajas de lo que antes eran. Casi cualquier momento de afecto homosexual abierto se corta bajo el mandato de Disney, a pesar de que los equipos creativos y ejecutivos de Pixar nos quejemos”, añadían los empleados de Pixar en una parte especialmente explosiva de su comunicado. “Incluso si crear contenido LGTBIQ+ fuera la respuesta para arreglar la legislación discriminatoria en el mundo, no se nos permite crearla”.
Lo cierto es que el historial de personajes e historias LGTBIQ+ bajo el paraguas de The Walt Disney Company es escaso, crece muy lentamente y está lleno de ejemplos ambiguos y de poco peso. En los últimos años ha habido gestos difíciles de ver sin pausar películas como ‘Toy Story 4’ y su pareja de madres en el fondo, ‘La Bella y la Bestia’ y sus dos hombres bailando juntos o aquel beso entre dos mujeres figurantes al final de ‘Star Wars: El ascenso de Skywalker’. En Marvel han tenido su primer personaje abierta y explícitamente homosexual, Phastos (Brian Tyree Henry) en ‘Eternals’, su vigésimo sexta película. Pixar ha conseguido producir una historia protagonizada por un hombre homosexual, aunque fue en formato corto y experimental: el cortometraje ‘Salir’ está disponible en Disney+.
En otras ocasiones se ha vendido a bombo y platillo que personajes muy secundarios como McGregor (Jack Whitehall) en ‘Jungle Cruise’ o aquella policía de ‘Onward’ interpretada por Lena Waithe eran del colectivo. Y eso cuando no hemos tenido que conformarnos con personajes que no se declaraban abiertamente, pero eran leídos por el público (y a menudo por los propios actores que los interpretan) como queer: hay ejemplos de esto en ‘Cruella’ (Artie, interpretado por John McCrea, ‘Han Solo: Una historia de Star Wars’ (Lando Calrissian en su versión joven interpretada por Donald Glover) o ‘Thor: Ragnarok’ (Valquiria, interpretada por Tessa Thompson). En el ejemplo más controvertido de todos, Elsa de ‘Frozen’ se ha convertido en un icono lésbico a su pesar.
Los personajes LGTBIQ+ siempre son relegados a los márgenes, hasta el punto de que la serie juvenil ‘Con amor, Victor’, spin-off de ‘Con amor, Simon’, no llegó a estrenarse en Disney+ en España hasta que llegó la sección Star, dedicada a un contenido no familiar. ¿Por qué ‘Con amor, Victor’ no, pero ‘High School Musical: El musical: La serie’ sí? Algo peor ocurrió con ‘Todos hablan de Jaime’, película musical protagonizada por un joven gay producido por 20th Century Studios. Cuando Disney compró Fox canceló su estreno en cines y en vez de mantenerla para su plataforma de streaming la vendió a Amazon Prime Video.
Una historia similar, aunque más dolorosa, la tiene ‘Nimona’, la primera película de animación protagonizada por un personaje no binario y con una relación abiertamente gay entre dos de sus personajes masculinos. ¿No sabes de qué película hablamos? Eso es porque The Walt Disney Company canceló el proyecto cuando estaba un 75 % completada. ‘Nimona’ era una producción de Blue Sky Studios, el estudio de animación detrás de ‘Ice Age’, que Disney cerró para desgracia de muchos. Iba a ser una película muy innovadora también en la técnica, y se dijo que Chloë Grace Moretz y Riz Ahmed iban a ponerle voz a los protagonistas. Los productores buscaron durante un tiempo otra casa en la que acabar el proyecto, oferta que al parecer no interesó a Disney a pesar de haber adquirido el estudio que había costeado la película hasta el momento. No se ha sabido si ‘Nimona’ encontró nuevo hogar, lo cual no es una buena señal.
‘Casa Búho’ ha sido aplaudida por su representación LGTBIQ+, pero su creadora ha contado que tuvo que luchar con uñas y dientes para incluirla en la serie. “Cuando recibimos luz verde ciertos altos cargos de Disney me dijeron que no podía representar ninguna forma de relaciones bi u homosexuales en [Disney Channel]”, contó Terrace en Twitter. “¡Soy bi! Quiero escribir un personaje bi, ¡maldita sea!. Por suerte mi testarudez tuvo resultado y ahora tengo el fuerte apoyo de los altos cargos de Disney”. Sin embargo, la serie no duró mucho: su tercera temporada será la final y no será tan larga como los productores esperaban. En vez de entre 10 y 20 episodios de 20 minutos, estará compuesta de tres capítulos especiales de 44 minutos.
Como último ejemplo, hace unos días la miniserie en acción real centrada en Gaston y LeFou, que sin duda ahondaría en la orientación sexual de personaje de Gad, fue cancelada abruptamente. Aun así, se puede decir que estamos mejor que aquellos años en los que Disney llenaba sus películas de villanos como Ursula, inspirada en la drag queen Divine, o los afeminados Capitán Garfio, Scar, Mufasa y Hades.
La supuesta homofobia de Disney iría más allá de las historias que cuentan. El pasado junio, en pleno mes del Orgullo, un empleado demandó a la empresa por discriminación basada en su orientación sexual. Joel Hopkins, vicepresidente financiero de ABC Signature (antes llamada Touchstone Television), acusaba a The Walt Disney Company de no ascenderle y pagarle claramente menos que a sus compañeros de mismo nivel desde que salió del armario como homosexual, en el año 2000. La demanda aún no ha sido resuelta.
Finalmente, el viernes 11 de marzo Bob Chapek, después de una semana movidita, pidió perdón por su “silencio doloroso” en cuanto a la ley “Don’t Say Gay”. “Necesitabais que fuera un aliado más fuerte en la lucha por la igualdad de derechos y os he decepcionado. Lo siento”, decía en un nuevo comunicado interno. También se comprometía a pausar temporalmente todas las donaciones políticas en el estado de Florida. Quizá ahora sí empecemos a ver representación LGTBIQ+ real en las historias producidas por Disney. Esperaremos sentados.
Escrito por DiseadorWeb
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