Nadie dijo que es fácil ser famoso y más de niño.
Esta fue la vida del actor Daniel Radcliffe, tras comenzar a grabar la saga de películas de Harry Potter, hundida por la adicción al alcohol. Conoce los motivos.
No es fácil ser famoso de chico. En la mayoría de los casos, la situación es tan abrumadora que se complica mucho el proceso de crecimiento y las secuelas se sienten durante años.
Pero a diferencia de otros casos, Radcliffe siguió siendo el joven mago durante diez años y ocho películas: creció con el personaje y cuando terminó de filmar la última película, en 2011, ya tenía 21 años.
En una entrevista con BBC Radio, Radcliffe habló sobre cómo la fama adquirida por Harry Potter lo llevó a vivir excesos y adicciones: “Mi alcoholismo se debe a Harry Potter”, confesó.
Radcliffe sufría angustia en cada escena grabada. En la familia de Radcliffe había antecedentes de alcoholismo. Por eso, era cuestión de tiempo que él cayera en la misma adicción. Por suerte, contó con el apoyo de amigos
Al final, la decisión de parar fue solo suya: «Me desperté una mañana después de una noche diciendo: ‘Esto probablemente no sea bueno’ y ya, paré», explicó.
A pesar de todo, esta situación nunca llevó a Radcliffe a renegar de Harry Potter, un personaje al que todavía le agradece mucho.
Fuente: Pley.Today